Las frutas y hortalizas tropicales, como los mangos, las papayas, las carambolas y las pitahayas, podrían convertirse muy pronto en cultivos comunes en un lugar inesperado: Corea del Sur. Unos investigadores agrícolas surcoreanos están experimentando con nuevos cultivos tropicales que podrían producirse sin problemas en la península coreana, a raíz de las condiciones meteorológicas calurosas que provoca el calentamiento global año tras año. A la cabeza de esta labor está el Instituto Estatal de Investigación sobre el Cambio Climático y la Agricultura, ubicado en la isla turística de Jejudo.
"Estamos investigando cómo podría perjudicar el cambio climático a la competitividad de los cultivos principales de Corea del Sur, además de estudiar qué frutas tropicales podrían producirse aquí en el futuro", declaró el director del centro, Seo Hyeong-ho. Actualmente, el centro está cultivando 42 tipos de plantas tropicales en sus invernaderos para determinar qué cultivos serían los más rentables en el futuro según sus procesos agrícolas, sus costes y su valor de mercado. Uno de los huertos cubiertos contiene los conocidos mangos, que ya comercializan algunos agricultores de Jejudo, mientras que, en otros, hay plantadas hortalizas tropicales más desconocidas, como el pepino serpiente, que tiene forma alargada; la carambola, con forma de estrella; y el chayote, entre otros.