El negocio que se ha creado en torno a los “influenciadores” en redes sociales está revolucionando el mercadeo digital, y se pueden encontrar marcas o empresas que pagan alrededor de US$10.000 por un vídeo en YouTube, US$6.500 por un post en Facebook para cuentas con medio millón de seguidores, US$1.000 por una foto en Instagram.

Contar con la “opinión” pagada de uno de esos jóvenes que acumulan cientos de miles de seguidores en las redes sociales supone una inversión importante, pero los beneficios que reporta pueden merecer la pena tal desembolso.